El Servicio Público de Empleo contabiliza este año un acumulado 2.723 contratos de sustitución para cubrir los puestos de las víctimas, casi el doble que en 2014.
El pasado septiembre, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) —el antiguo INEM— recogía un total de 2.723 contratos de interinidad para sustituir a trabajadoras que se apartan de su empleo por culpa de la violencia de género. La cifra es casi el doble que en 2013, que se contaron 1.554. Estos datos los ofreció ayer la Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) con ocasión del día contra la violencia de género, que se conmemora el domingo. Marian Mur, la secretaria nacional de Igualdad del sindicato, asegura que esto es solo “la punta del iceberg”: “Todos los días al menos una mujer tiene que dejar de trabajar por culpa de la violencia de género”, y algunas no se contabilizan, como es el caso de Ana, que ha elegido este nombre ficticio.
Otro ángulo de este problema que también queda fuera de las
estadísticas, cuenta Mur, son aquellas mujeres a las que se despide en
cuanto el empleador vislumbra problemas, por ejemplo absentismo, antes
de que ella haya acreditado su condición de víctima. “A veces las quitan
de en medio y a veces, directamente, se quitan ellas”.
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